Rev Cent Investig Flamenco Telethusa, 5(5), 31-39
Cádiz, junio 2012
ISSN: 1989-1628
www.revista.flamencoinvestigacion.es

 

Artículo Original / 050506-2012

Estudio descriptivo de la movilidad pélvica en bailarinas de flamenco

Descriptive study of pelvic mobility in female flamenco dancers

PhD. Sebastián Gómez-Lozano1

PhD. Fernando Santonja Medina2

PhD. Manuel Canteras Jordana3

Rocío Tejedor Benítez4

  1. Departamento de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad Católica San Antonio de Murcia. Murcia, España.

  2. Departamento de Cirugía, Pediatría, Obstetricia y Ginecología. Universidad de Murcia. Murcia, España.

  3. Departamento de Bioestadística. Universidad de Murcia. Murcia, España.

  4. Departamento de Didáctica de la Lengua y de la Literatura y Filologías Integradas (Doctorando). Universidad de Sevilla. Sevilla, España.

Email: sglozano@pdi.ucam.edu

Recibido: 4 mayo 2012  Revisión editorial: 9 mayo 2012 Revisión por pares: 20 mayo 2012  Aceptado: 21 mayo 2010  Publicado online: 22 mayo 2010

Resumen Son escasos los estudios sobre el comportamiento de la movilidad de la espalda en bailarinas de flamenco, si bien, en estilos como el clásico, es conocido que estas prácticas cuentan con un generoso rango de movimiento del tronco. Este estudio analiza la extensibilidad de la musculatura isquiosural en bailarinas de flamenco, y su vinculación con el comportamiento biomecánico de la movilidad pélvica. Se utilizó el Test Dedos-Planta (DD-P), el de Ángulo Lumbo-Horizontal en flexión (L-Hfx), y el de Elevación de la Pierna Recta (EPR). Se estudió una muestra de 66 mujeres, 33 bailarinas de Flamenco-Español, y 33 que realizaban actividad física de mantenimiento (grupo control). La edad media de las bailarinas era de 22.12 + 4.21 años, la talla de 162 + 5.35 cm y el peso de 53.5 + 4.07 Kg. La media de años de entrenamiento era de 15.48 + 4.25, y la media del tiempo dedicado a la especialidad era de 8.84 + 4.27 años. En el DD-P, el grupo de flamenco manifiesta un mayor alcance que el grupo control (t=8,7; p<0,00005). L-Hfx, el grado de basculación pélvica en la flexión máxima de tronco, determina diferencias significativas a favor del grupo de flamenco (t=-7,1; p<0,00005). En EPR, tanto para la pierna derecha, como para la izquierda, se determinan diferencias significativas a favor del grupo de flamenco (t=14,7; p<0,00005; t=9,6; p<0,00005). Las bailarinas de Flamenco poseen amplios rangos de extensibilidad isquiosural, no existiendo ningún caso de cortedad isquiosural. La extensibilidad isquiosural es, notablemente mayor, en las bailarinas que en los sujetos del grupo control.

Palabras Clave  Isquiosural, danza, flexibilidad, ritmo lumbo-pélvico.

Abstract  There are few studies about the behavior of the back mobility in flamenco dancers, although in styles such as classical, it is known that these practices have a generous range of motion of the trunk. This study analyzes the hamstring extensibility in flamenco dancers, and its relationship to the biomechanics of the pelvic mobility. The Sit-and-reach Test (DD-P), Lumbo Sacral Angle (L-Hfx), and the Straight Leg Raising (EPR) have been used. Sixty six women have been studied, 33 Flamenco-Spanish dancers, and 33 who performed physical activity maintenance (control group). The average age of the dancers was 12.22 + 4.21 years, height 162 cm and weight 5.35 + 7.4 kg. Mean years of training dance was 15.48 + 4.25, and the average time spent on specialty was 4.27 + 8.84 years. In DD-P, the flamenco group manifested a greater extent than the control group (t = 8.7, p <0.00005). In L-fx, the degree of pelvic tilt in maximum trunk flexion, determined significant differences in favor of flamenco group (t = -7.1, p <0.00005). In EPR, both for the right leg and the left, identifies significant differences in favor of flamenco group (t = 14.7, P <0.00005, t = 9.6, p <0.00005). Flamenco dancers have wide ranges of hamstring extensibility, there being no cases of hamstring shortness. Hamstring extensibility is significantly higher in the dancers than in control subjects.

Keywords  Hamstring muscle, flexibility, dance, lumbo pelvic rhythm.

 

Introducción

El entrenamiento académico de la danza suele comenzar entorno a los ocho años de edad, produciéndose en los diez años siguientes un incremento en las horas de práctica, en el nivel de intensidad y en la exigencia, de la misma. En este sentido, se ha observado que en una gran mayoría de los casos, el uso inadecuado de la técnica es un factor desencadenante de alteraciones y lesiones músculo-esqueléticas1-8, que en ocasiones puede llegar a ocasionar daños irreversibles9. Así, se ha demostrado que los practicantes de danza clásica sufren un número de lesiones similar a los deportistas de alta competición, observando algunos autores10 que, más del 26% de los bailarines perdían su salario debido a las lesiones, y que cerca del 62% de profesionales y estudiantes de danza sufren lesiones debido a su práctica, lo que supone además un alto coste económico para las empresas de seguros11. De este modo, el conocimiento del entrenamiento correcto de una técnica, y su adecuada ejecución, son fundamentales para el desarrollo de la columna vertebral, sirviendo de herramienta para la prevención de lesiones12-16. Además, si se limitan el rango de movilidad de determinadas ejecuciones técnicas, pueden evitarse fracturas en el área sacro-lumbar17,18, disminuyendo el impacto de los numerosos movimientos de flexo-extensión que implica la práctica de la danza.

La mayoría de los estudios de movilidad en la danza2,19-23 han tenido como objetivo determinar en qué medida ésta es una cualidad innata o bien adquirida a través del ejercicio. Si bien, desde el primer estudio de flexibilidad o movilidad en bailarinas24, ya se incluyen pruebas de valoración de la extensibilidad isquiosural, mediante la prueba de flexión del tronco desde bipedestación. En otros estudios posteriores, se alude a la gran flexibilidad que poseen las bailarinas2,19-21, demostrando que la flexión del tronco es la única prueba susceptible de ser mejorada, dentro de la valoración de la movilidad general. En la técnica de danza clásica se ha demostrado que la hiperlaxitud puede llegar a ser una desventaja debido a las lesiones que pueden generar2,20. En cualquier caso, la población dancística de estudio ha correspondido siempre al estilo conocido como ballet clásico. El flamenco, como objeto de estudio científico, se ha caracterizado, en España, por un desinterés general debido, posiblemente, al carácter popular del mismo, que ha desviado la atención de todo aquello relacionado con la preparación física y la salud, hasta hace poco.

Aunque hay pocos estudios sobre las consecuencias de las lesiones en profesionales de flamenco, sí existe una extensa literatura en el caso del ballet, y algunos autores22 ponen un foco de atención en los perjuicios que pueden ocasionar sobre el raquis determinadas ejecuciones técnicas, y la consideración al incluirlas en las coreografías para evitar posibles fracturas por estrés en el área sacro-lumbar17,25-27. En el estilo de baile flamenco, el movimiento de extensión del raquis lumbar, junto a las vibraciones que ocasiona el zapateo sobre la superficie del suelo, pueden ser responsables de espondilólisis28 y de dolores de espalda18,29. Además, el intento de sobrepasar la extensión fisiológica máxima y de soportar continuos rangos de movimiento cercanos a sus límites, puede ocasionar alteraciones y daños articulares, sobre todo en la región lumbar30. Esto sucede en la mayoría de los palos flamencos donde predomina el braceo frente al zapateado, de manera más concreta, en códigos estéticos como los quiebros o vueltas quebradas18. En este sentido, el comportamiento biomecánico de la pelvis y la cadera puede ayudar a comprender el tipo de entrenamiento de flexibilidad e higiene postural dinámica que ha desarrollado cada practicante de flamenco, y de las peculiaridades propias del estilo. Es por ello, que este estudio tiene como finalidad valorar el grado de extensibilidad de la musculatura isquiosural en bailarinas de flamenco, y su vinculación con el comportamiento biomecánico de la movilidad pélvica, entendido como un indicador fundamental, tanto en el rendimiento como en la prevención de lesiones.

 

Material y Método

Sujetos

Para el desarrollo de la investigación se estudió una muestra de 66 mujeres, conformada por 33 bailarinas de la especialidad Flamenco-Español, y 33 mujeres que realizaban actividad física de mantenimiento, consideradas como un grupo control.

De las 33 bailarinas de la especialidad de Flamenco-Español, el 45% pertenecían a compañías profesionales, y el 55% restante eran alumnas del último curso de nivel profesional, de diferentes Conservatorios de Danza. Todas las bailarinas tenían, al menos 8 años de práctica en el ámbito de la danza, siendo la media de años de entrenamiento de 15.48 + 4.25, mientras que la media del tiempo dedicado a la especialidad era de 8.84 + 4.27 años. La edad media de las bailarinas era de 22.12 + 4.21 años, la talla de 162 + 5.35 cm y el peso de 53.5 + 4.07 Kg.

En el grupo control (no bailarinas), las 33 mujeres realizaban actividad física de mantenimiento, y contaban con una media de edad de 22.71 + 3.23 años, una talla media de 164.12 + 4.87 cm y un peso medio de 55.51 + 5.68 kg. Hay que aclarar, que no existían diferencias significativas entre muestras cuando se analizaron el peso, la talla y la edad media. Se utilizó como criterio de exclusión en el grupo control la experiencia previa en gimnasia rítmica y/o la danza.

Material

Los instrumentos de medición utilizados para cada uno de los tests fueron los siguientes:

 

Método y Diseño de la investigación

Se aplicaron dos test de flexibilidad de tronco y una prueba para cada cadera. La finalidad era explorar la movilidad pélvica en el movimiento de anteversión y la elongación de la musculatura isquiosural.

En el caso del Test Dedos-Planta (DD-P), el explorado se sitúa sobre la camilla con las rodillas extendidas y pies juntos formando un ángulo 90º con la horizontal, apoyando las plantas sobre un dispositivo de medición. Desde esta posición, el sujeto realiza una flexión máxima del tronco, con rodillas y codos extendidos. La palma de la mano se desliza sobre la regla, hasta alcanzar lo máximo posible31, 32. Se consideran positivos aquellos valores que sobrepasen la planta de los pies (cero de la regla), y negativos los que no lleguen. Se mide en centímetros la distancia entre la yema de los dedos de la mano y la planta de los pies (Fig. 1).

Fig.1 Prueba de la distancia dedos planta (DD-P).

 

Para el Ángulo lumbo-horizontal en flexión º(L-Hfx), el explorado se sienta sobre la camilla con las rodillas extendidas y los pies formando ángulo recto con las piernas, se le invita a realizar una flexión máxima del tronco con los codos extendidos, como si fuera a realizar la prueba distancia dedos-planta. Se mide el ángulo de apertura anterior que forma la horizontal con la línea más caudal de la región lumbo-sacra. Se apoya una de las ramas del goniómetro sobre las apófisis espinosas de L5 a S2 manteniendo la otra en posición horizontal, calculándose de esta forma el ángulo suplementario (Fig. 2).

 

Fig. 2 Prueba del ángulo lumbo-horizontal (L-Hfx).

Por último, en la Elevación de la pierna recta (EPR), el explorado acostado sobre la camilla en decúbito supino, y con el lumbosant33 colocado como estabilizador en la región lumbar, se desliza el isquiogoniómetro por su riel, hasta situarlo en el eje de giro de la cadera. Se efectúa la elevación del miembro inferior con la rodilla extendida. Se coloca el talón sobre la palma de la mano del explorador, y la otra mano sobre la rodilla de la bailarina para mantenerla en extensión completa durante la maniobra. La mano que eleva la pierna, sujeta a la vez el brazo telescópico del isquiogoniómetro, que determinará con precisión el ángulo final de flexión de la cadera. Un explorador auxiliar entrenado, trata de impedir la flexión de la rodilla contralateral, de manera que se mantenga extendida esta pierna en contacto con la camilla, además de evitar la rotación externa coxo-femoral y la rotación de la cadera en su eje longitudinal. El punto final de movimiento viene determinado por la sensación de tirantez o molestia, que refiere el paciente en la cara posterior del muslo, y que imposibilita continuar aumentando la flexión de cadera sin flexionar la rodilla. La maniobra se efectúa en ambos miembros inferiores para evaluar la extensibilidad bilateral (Fig. 3).

 

Fig. 3 Prueba de elevación de la pierna recta (EPR).

Análisis estadístico

Todas las mediciones se realizaron en tres ocasiones, anotando la moda o la media, cuándo no coincidían. El método estadístico consistió en un estudio descriptivo de las distintas variables. Se utilizó la t de Student para la comparación entre muestras. Para el grupo control se aplicó un análisis discriminante multivariante y un análisis de varianza.

 

Resultados

En la prueba DD-P el grupo de flamenco manifiesta un mayor alcance que el grupo control (t=8,7; p<0,00005). De la misma forma, en el L-Hfx el grado de basculación pélvica en la flexión máxima de tronco se determinan diferencias significativas a favor del grupo de flamenco (t = -7,1; p<0,00005). En el test EPR, tanto para la pierna derecha (EPRdx) como para la izquierda (EPRiz), también se determinan diferencias significativas a favor del grupo de flamenco (t = 14,7; p<0,00005; t = 9,6; p<0,00005) (Tabla 1).

Tabla 1 Datos descriptivos de la valoración de la capacidad de extensibilidad isquiosural para el test dedos-planta (DD-P), del ángulo º(L-Hfx-) y del test de elevación de la pierna recta derecha e izquierda º(EPRdx /EPRiz).



Flamenco (n=33)

Control (n=33)

Test Dedos-Planta (DD-P)

Regla milimétrica (cms)

19,18 + 6,20

3,04 + 7,10

Test del ánguloº (L-Hfx)

ºGoniómetro

70,42 + 17,60

94,34 + 10,61

Test de elevación de la pierna derechaº (EPRdx)

ºIsquiogoniómetro

124,72+12,22

85,87 +10,12

Test de elevación de la pierna izquierdaº (EPRiz)

ºIsquiogoniómetro

120,30+13,33

84,28 + 9,97


 

( + DS = media y desviación).

Los datos obtenidos para el grupo control indican un 28.7%, un 30.3%, un 21.2% y un 24.2%, de cortedad para el DD-P, el L-Hfx, el EPRdx y el EPRiz, respectivamente. En el grupo de flamenco, no se observa ningún caso de cortedad de la musculatura isquiosural (Tabla 2).

 

Tabla 2 Distribución de casos de normalidad y cortedad de la musculatura isquiosural en relación al grado de extensibilidad isquiosural


Grados de normalidad o patología

en la extensibilidad de la musculatura isquiosural

Flamenco (n)

Control (n)

Test Dedos-Planta (DD-P)

REGLA MILIMÉTRICA (cms)

(Pastor, 2000)

NORMAL: > 5

33

24

GRADO I

(cortedad moderada): 5 y 15

0

6

GRADO II

(cortedad marcada): < -15

0

3

Test del ángulo º(L-Hfx)

Goniómetro (Santonja, 1995)

NORMAL: <100

33

23

GRADO I

(cortedad moderada): 101-114

0

9

GRADO II

(cortedad marcada): > 115

0

1

Test º(EPRdx)

Isquiogoniómetro

NORMAL: >75

33

27

GRADO I

(cortedad moderada): 61-74º

0

7

GRADO II

(cortedad marcada): < 60º

0

0

Test º(EPRizqda)

Isquiogoniómetro

NORMAL: >75

33

25

GRADO I

(cortedad moderada): 61-74

0

8

GRADO II: <61 (cortedad marcada)

0

0



Discusión

Han sido escasos los estudios que se han dedicado a investigar el comportamiento de la movilidad de la espalda en bailarinas de flamenco. En cambio, en otros estilos como el clásico, es conocido que estas prácticas están dotadas con un generoso rango de movimiento del tronco19, que la movilidad puede ayudar a predecir la continuidad y calidad técnica de los bailarines24, o que la flexión del tronco es usualmente adquirida y desarrollada tras más de cuatro años de entrenamiento19. A diferencia de otras investigaciones34,35, en este estudio no se ha observado cortedad isquiosural en la muestra de flamenco, ello parece estar relacionado con que nuestras bailarinas tenían una amplia base en la técnica de la escuela bolera y la técnica clásica. Por ello, coincidimos con otros autores22 que determinaron, que un grupo que practicaba ballet clásico tenía mayor extensibilidad isquiosural que otro grupo control. Así, parece tener coherencia el hecho de que, en un colectivo donde se trabaja específicamente la movilidad y flexibilidad, estén más desarrolladas estas cualidades que grupos que no la entrenan. En este sentido, algunos investigadores36 demostraron que, a sujetos que se le había intervenido quirúrgicamente (vértebras lumbares fusionadas), tenían de forma significativa una mayor extensibilidad de la musculatura isquiosural al practicar ballet clásico que otros que no lo hacían. En nuestros resultados, mientras que ninguna de las bailarinas tiene cortedad de la musculatura isquiosural, la población normal manifestaba una frecuencia de cortedad isquiosural media del 25%, entre todos los test.

En el caso de las bailarinas podría ser interesante realizar la siguiente pregunta: ¿un exceso de extensibilidad isquiosural, también puede llegar a ser un problema para ciertas estructuras, como el raquis lumbar?. Consideramos que esta capacidad tan desarrollada en las bailarinas, es debida a la técnica utilizada para flexionar el tronco, en la que existe una alteración del ritmo lumbo-pélvico37. La técnica de flexión del tronco en la danza clásica (asignatura base en los estudios de flamenco de los conservatorios), no se inicia con una flexión del raquis lumbar hasta los 45º ó 60º, sino que se inicia directamente con la flexión de la pelvis38,39. De esta manera, el raquis se mueve en bloque al flexionar la pelvis (Fig. 4).


Fig. 4 Ritmo lumbo-pélvico en la flexión del tronco: fase 0 o neutral position, fase 1ª y fase 2ª.

 

El problema radica cuando se intenta sobrepasar los límites de flexión de la pelvis y se fuerza la flexión del raquis lumbar para intentar llegar más lejos con la columna vertebral. En este sentido, algunos autores40,41 advierten que, el incremento de la laxitud de los tejidos viscoelásticos, exponen al raquis lumbar a inestabilidad cuando se realiza una actividad sin carga. Dicha deformación, permanece durante varias horas y se puede cronificar si la postura se repite o se mantiene durante un tiempo prolongado42. Adams y Hutton43 sugieren que una flexión lumbar máxima prolongada induce deformación de los ligamentos posteriores44-46. Se deduce que esta modificación del ritmo lumbo-pélvico, en principio, favorece el trabajo de elongación de la musculatura isquiosural, y la alineación de los segmentos, pero en ocasiones da lugar a una técnica inadecuada, que repercute sobre la estructura lumbar al incrementarse los grados interarticulares lumbares y dorsales cuando se fuerza la flexión en la última fase (Fig. 5).

 

Fig. 5 Maniobra incorrecta haciendo palanca con las piernas rompiendo la linealidad de la espalda durante la Fase 3ª. Fenómeno de flexión-relajación44-46

Al comparar la extensibilidad de ambas extremidades inferiores, mediante el Test EPR47, refieren que, en la mayoría de los casos, los isquiosurales izquierdos resultaron ser más cortos que los derechos. En una investigación48 realizada con un grupo de 600 hombres de edades comprendidas entre 18 y 19 años, se determinó una frecuencia de cortedades algo más inferior en la pierna derecha (57%) que en la izquierda (65%). Otros estudios49 han encontrado que, la musculatura isquiosural de la pierna dominante, presenta mayor cortedad que la no-dominante en todos los sujetos de su estudio. Datos estos, que contrastan con aquellos resultados50 que muestran que, las variaciones entre el lado derecho e izquierdo son mínimas. Estos resultados difieren de los hallados por nuestra investigación, ya que la pierna derecha presentaba un mayor grado de extensibilidad isquiosural que la pierna izquierda. Estas variaciones resultan ser más grandes en las bailarinas (derecha: 124,72º + 12,22º; izquierda: 120,30º + 13,33º), y prácticamente inapreciable, en las no bailarinas (derecha: 85,87º + 10,12º; izquierda: 84,28º + 9,97º). Estos datos parecen ser reveladores, ya que las diferencias se incrementan entre ambas piernas cuanto más desarrollo de la extensibilidad isquiosural existe. Este hecho puede ser indicativo de un entrenamiento descompensado debido a una inadecuada distribución y organización de los ejercicios. Sin embargo, consideramos que la cortedad de la musculatura isquiosural es un hecho ajeno a la población de bailarinas academizadas, que además de flamenco, han entrenado técnica clásica. Creemos que una inadecuada técnica realizada de manera continuada en la enseñanza de la flexión de tronco, donde se elonga la musculatura isquiosural, puede comprometer la estabilidad de las articulaciones intervertebrales. Sus consecuencias negativas pueden ser agudas51 y en el peor de los casos crónicas42 ya que, en la práctica de la danza, no puede evitarse, ni reducirse, los movimientos repetidos de flexión y extensión completa del raquis, condición fundamental para reducir los daños en los tejidos blandos de la parte posterior del raquis lumbar52.

 

 

Conclusiones

Las bailarinas de Flamenco con formación académica reglada, poseen amplios rangos de extensibilidad isquiosural, no existiendo ningún caso de cortedad isquiosural en la muestra estudiada. La extensibilidad isquiosural es notablemente mayor en las bailarinas, que en los sujetos del grupo control, debido a que las bailarinas de flamenco tienen una base de técnica en danza clásica. Atendiendo a los resultados, es recomendable que, durante la ejecución de las técnicas que impliquen una flexión del tronco, las bailarinas tomen conciencia de la biomecánica correcta del ritmo lumbo-pélvico, y de las posibles alteraciones que pueden existir si no se respetan los grados fisiológicos de las curvas, haciendo especial hincapié en la ejecución, cuando la bailarina llega a su tope de anteversión pélvica.


 

Aplicaciones prácticas

Dado los resultados de este estudio, se recomienda que, durante la técnica de flexión de tronco, las bailarinas inicien la bajada desde las caderas. Esto significa que las caderas sean el motor de movimiento y no las lumbares. Si nos encontramos en una posición de flexión del tronco, debemos retornar a una posición erguida, flexionando las rodillas, independientemente de la forma en la que dispongamos la espalda, ya sea en redondo o en extensión.

Por otra parte, durante la flexión máxima de tronco, no se recomienda hacer palanca, ni con las piernas, ni con los pies, para conseguir mayor flexión lumbar, ya que se produce una carga en esas articulaciones intervertebrales perdiendo, la correcta linealidad entre pelvis y columna vertebral (Fig. 6).








 

Fig. 6 Correcta linealidad dentro de una normalidad angular.


Agradecimientos

A todas las participantes de nuestro estudio. Y especialmente, a la Compañía de Flamenco Azahar de Murcia.


 

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